Juan Bosco nació en un el caserío I Becchi, una finca perteneciente a un pueblo italiano llamado Castelnuovo de Asti, cerca de Turín.
Desde pequeño, además de colaborar en las tareas de la casa con su madre Margarita y cuidar del ganado, le gustaba mucho hacer juegos y leer. Entre sus juegos favoritos estaba el de subirse a una cuerda y hacer equilibrios.
Hoy en día, frente a la casa de I Becchi, en la que Juan vivió toda su infancia, hay un monumento en el que se ve a Juan de niño subido a una cuerda.
La cuerda está sujetada, por arriba, por unos ángeles, y por abajo, por unos jóvenes. Es el mejor resumen de su vida: una vida siempre guiada por Dios y por su servicio a los jóvenes.
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