Hemos llegado al quinto domingo de cuaresma. Encerrados en casa pero con la posibilidad de abrirnos a nuevos mundos: al de la familia, al del cariño, al de la responsabilidad y la solidaridad. ¡También al de la oración y la celebración que nos une a Dios! Es domingo y queremos celebrar que Jesús vive y nos da VIDA, una vida nueva.

Podemos celebrar y orar en casa. Basta preparar un poco un espacio de la casa, buscar los textos de hoy y poner mucho corazón.

Comenzamos serenando y relajando el ambiente y nuestro interior.

Hacemos la señal de la cruz: así recordamos que somos familia, comunidad en nombre de Jesús, en nombre del amor.

Dejamos un momento de silencio para pedir perdón por aquello que consideremos que hemos hecho daño a nuestros hermanos y a Dios.

Las lecturas de hoy son las siguientes:

Primera lectura: Ezequiel 37, 12-14: Dios llenará a pueblo de vida.

Salmo 129

Segunda lectura: Carta de San Pablo a los Romanos 8, 8-11: El que resucitó a Jesús también dará vida a vuestros cuerpos mortales

Evangelio: Juan 11, 1-45: Resurrección de Lázaro

Las puedes leer y descargar pinchando aquí y seleccionando el día 29 de marzo: Lecturas del Quinto Domingo de Cuaresma – Ciclo A

Breve comentario:

Las lecturas de hoy son extensas. Por eso os propongo unos subrayados que puedan ayudar a la oración personal en un momento de silencio tras leerlas.

 

De la primera lectura subrayo esta preciosa expresión: «Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis» ¡Qué promesa tan grande! Sin embargo corremos el riesgo de entenderla mal si creemos que somos inmortales y nada nos puede pasar. Dios se refiere a llenar de su presencia a un pueblo que en el exilio y apartado de Dios ha dejado morir su amor por Él y su vida de creyentes.

Entre las lecturas propongo escuchar la canción Mi palabra será como la lluvia.

La segunda lectura puede ayudarnos a confiar. A confiar en que todo lo que Jesús ha experimentado lo experimentaremos nosotros: «El que resucitó a Jesús también dará vida a vuestros cuerpos mortales»

Del evangelio, me gustaría subrayar dos aspectos:

  • Una entrañable expresión: «Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro» No podemos olvidar que las enfermedades ocurren, las padecemos, las lloramos. Lo mismo ocurre con la muerte. Son cosas de la vida. Pero tampoco podemos olvidar que Jesús ama al enfermo, a los que mueren, a sus familiares. Nadie se escapa de su amor de amigo. Nosotros tampoco.
  • El grito de Jesús: «Sal fuera». Pregúntate si la necesidad de salir de casa estos días se parece a la necesidad de salir de algunas cosas de nuestra vida que nos atan. Salir del conformismo, de la rutina, de lo que mata nuestra vida cristiana, solidaria, fraterna…. ¡Sal fuera!

Expresamos nuestra fe: Como Marta, expresamos aquello en que creemos. Lo podemos hacer con la canción Creo en ti, Señor.

Oración por las necesidades del mundo: pensamos en un rato de silencio acerca de aquello que realmente necesita hoy el mundo y nuestra vida. Lo transformamos en oración espontánea a Dios.

Al terminar, unimos nuestra oración a la oración de toda la iglesia en todo el mundo en este domingo con las palabras que Jesús nos enseñó: Padre nuestro….

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