Hemos llegado a nuestro tercer domingo de Cuaresma en unos días que nos piden permanecer en casa por el bien de todos. Nos une el cariño y la preocupación de los unos por los otros. Por eso, estos días nuestras casas son ya evangelio vivo. Son, como le gusta decir a nuestro Papa Francisco, una Iglesia doméstica. Así que en ella celebraremos hoy, como cada domingo, la Resurrección de Jesús y el amor de Dios.

Para poder orar y celebrar hoy compartimos un comentario del Papa Francisco al evangelio y unos enlaces para seguir la misa del domingo desde casa.

 

Para seguir la misa desde casa, pincha en el enlace que desees:

Misa desde el Obispado de Vitoria, domingos a las 11:30

Misa desde el Vaticano, cada día a las 07:00

Palabras del Papa Francisco sobre el Evangelio de hoy (Juan 4, 5-42)

Jesús se encuentra con una mujer de la región de Samaria. Era samaritana y, según los esquemas sociales, no tendría ni si quiera que haberle dirigido la palabra. Pero Jesús lo hace. Jesús no tiene miedo. Jesús cuando ve una persona va adelante porque ama, nos ama a todos, no pasa de largo jamás ante una persona por prejuicios. Jesús pone a la samaritana frente a su realidad, no juzgándola sino haciéndola sentir considerada, reconocida, y suscitando así en ella el deseo de ir más allá de la rutina cotidiana.

Aquella de Jesús era una sed no tanto de agua, sino de encontrar un alma sedienta. Jesús tenía necesidad de encontrar a la samaritana para abrirle el corazón: le pide de beber para poner en evidencia la sed que había en ella misma. La mujer queda tocada por este encuentro: dirige a Jesús aquellas preguntas profundas que todos tenemos dentro, pero que muchas veces ignoramos.

Queridos hermanos y hermanas, ¡también nosotros tenemos tantas preguntas para hacer, pero no encontramos el coraje de dirigirlas a Jesús! La Cuaresma es el tiempo oportuno para mirarse dentro, para hacer surgir nuestros deseos espirituales más verdaderos y pedir la ayuda del Señor en la oración. El ejemplo de la samaritana nos invita a expresarnos así: “ Jesús dame de esa agua así no tendré más sed”.

 

 

 

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.Más información

ACEPTAR
Aviso de cookies