Es curioso ese espacio de la casa que nos lleva a cualquier rincón. Hablo del pasillo. Pasamos infinidad de veces por él en nuestros hogares y rara vez prestamos atención a su presencia. Estamos de paso por él para movernos y punto. Quizás estos días lo usamos para estirar las piernas, hacer ejercicios e incluso andar sin parar, aunque no tenga más de seis u ocho metros. Te invito a orar en el pasillo. A moverte por él meditando y rezando. Los lugares de paso también son espacios sagrados cuando nos llevan a lugares donde hacer el bien.
Preparamos la oración.
– Quitamos ruidos y cosas que nos puedan molestar para que podamos estar cómodos y tranquilos.
– Dejamos las luces suaves, si se puede. O encendemos unas velas con cuidado y apartadas de objetos inflamables.
– Llevamos una Biblia en las manos o, si no tienes, este versículo para meditarlo:
Cuando entréis a una casa, decid en primer lugar: Paz a esta casa.
(Lucas 10, 5)
– Hacemos silencio y nos tranquilizamos.
Oramos.
– Comienza con un ejercicio de respiración y relajación. También necesitas concentrarte. Tienes en las primeras sesiones de este blog algunos consejos para ello.
– Haz la señal de la cruz con tranquilidad: al tocar tu frente, pon ante el Padre tus pensamientos; al tocar el pecho, pon ante Jesús tu cariño; al tocar los hombros, ofrece tus esfuerzos y trabajo ante el Espíritu Santo.
– Con esta serenidad, empieza a caminar tranquilamente por el pasillo. Yendo y viniendo, mirando tus pasos. Ir y volver. Ir y volver.
– Mientras caminas con la Biblia o el versículo en tus manos, lo abres y lees despacio:
Cuando entréis a una casa, decid en primer lugar: Paz a esta casa.
(Lucas 10, 5)
– Medita, sigue caminando tranquilamente y sin perder la concentración. Mientras lo haces, repite como un mantra mentalmente o, si quieres, con tus labios, «Paz a esta casa»… «Paz a esta casa». Desde el pasillo puedes detenerte en cada puerta, contemplar sin entrar cada habitación y repetir: «Paz a esta casa».
Que esta sea hoy tu sencilla y meditada oración, dirigida a Dios: Paz a esta casa.
– Termina dando gracias a Dios por este momento de oración.
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